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Fortalece el vínculo con tu bebé y crea una estrecha relación disfrutando de una mayor sensación de seguridad para el recién nacido y para ti misma.
El porteo es una técnica que cuenta con muchos siglos de antigüedad y que podemos observar en el mundo animal con la mayoría de los mamíferos.
Un porteo correcto es muy importante para el bebé y para ti, por eso en Mummy Ducky te ayudo con mis asesorías para que consigas una posición óptima para los dos, te explico las diferentes etapas por las que pasarás en el porteo y resuelvo todas tus dudas.
El porteo es una manera de crianza a través de la cual llevamos a nuestro a bebé con nosotros proporcionándole seguridad y tranquilidad. Esta práctica no debería resultarnos rara ya que es utilizada por la mayoría de mamíferos y nuestros antepasados lo han hecho durante siglos.
Portear a tu bebé es una experiencia que crea un sentimiento de protección y genera una estrecha relación entre el bebé y los padres, aportando numerosos beneficios para su desarrollo físico.
Un porteo correcto es muy importante para el bienestar tanto del bebé como del porteador y en mis asesorías te explico detalladamente todas las claves para un porteo correcto, las diferentes etapas de porteo por las que pasa el bebé y resuelvo todas las dudas que puedas tener sobre la mejor manera de portear a tu bebé.
El portabebés debe adaptarse a la posición natural del bebé. Obtendremos una mejor ergonomía cuanto más se adapte el portabebés al recién nacido.
Una posición correcta de porteo es aquella que:
Durante el primer año de vida del bebé hay una progresión natural de la forma de la columna, la pelvis y caderas a las que debe adaptarse igualmente el porteo.
A lo largo del primer año del recién nacido se producen cambios físicos y psicológicos que deben tenerse en cuenta a la hora de elegir el portabebé para las diferentes etapas.
Una postura correcta durante el porteo es fundamental.
Un bebé está en una posición ideal cuando sus rodillas están un poco más altas que sus nalgas y las piernas están separadas unos 90º. Esta posición la vemos de manera más natural en los recién nacidos.
Cuando el bebé se carga en posición de “M” correcta, su espalda está curvada debido a la inclinación de la pelvis que hace que la columna se redondee, respetando así su forma natural.
0-3 meses
En esta etapa los bebés requieren un mayor apoyo hasta que puedan afirmar su cabeza. Su columna vertebral está totalmente curva y el portabebé debe sujetarlo con firmeza.
En esta etapa es importante seleccionar el portabebé adecuado para que su ajuste sea punto por punto al cuerpo del recién nacido.
4-6 meses
Cuando el bebé ya puede sostener firmemente su cabeza la columna vertebral comienza a fortalecerse y a enderezarse.
Aunque el control de la cabeza del bebé es estable todavía necesita apoyo en el pecho de la madre.
7-9 meses
Entre los 6 y 9 meses el bebé suele sentarse ya sin ayuda, lo que fortalece la zona media de la columna vertebral.
Los músculos de esta región ayudan a dar soporte a la espalda del bebé y la columna vertebral sigue siendo redondeada en la región torácica.
10 meses en adelante
Entramos en la última etapa cuando el bebé comienza a caminar.
La zona lumbar se endereza y se curva hacia adentro (lordosis lumbar).
Llegados a este momento, los músculos del bebé son lo suficientemente fuertes para poder sostener toda su espalda.