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Arcadas y atragantamientos con BLW o Baby Led Weaning

La RAE describe el miedo como recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea. Y eso es lo que muchos padres tienen cuando piensan en comenzar la alimentación complementaria  con sus hijos: “me da miedo que se atragante con los trozos”.

Es muy habitual encontrar esta y otras expresiones en asesorías de BLW,  pero se trata de un miedo hacia algo (que el bebé se atragante) que no ocurre en mayor medida cuando alimentamos a un niño mediante el método Baby Led Weaning.


De hecho, hay estudios que demuestran que existen las mismas posibilidades de que un menor se atragante con un trozo de plátano que con una cucharada de puré de plátano. Además, la gran mayoría de bebés (por no decir básicamente todos) alguna vez se han atragantado tomando su leche, ya sea de la teta o del biberón; y no por ello hemos dejado de alimentarles, ¿no?

Por tanto, podemos decir que el miedo al atragantamiento es algo infundado, fruto de la “cultura de la papilla” en la que la mayoría de los padres hemos crecido.


Nos da miedo lo desconocido, por eso tememos a los atragantamientos con sólidos y no pensamos en los atragantamientos con papillas. Sin embargo, las probabilidades de que ocurra con el método BLW son las mismas que con los triturados.


¿Qué podemos hacer para vencer este pánico?

Lo primero es estar seguros de que el bebé cumple los requisitos necesarios para comenzar con su alimentación complementaria. Como bien sabes, estos requisitos son tanto para sólidos como triturados.

Lo segundo, es reconocer qué le ocurre al bebé, porque puede presentar arcada o atragantamiento y la manera de proceder será diferente.


Arcadas.


Las arcadas en los bebés son muy habituales; para ellos es un mecanismo de defensa que tiene su organismo y que le impide tragar un objeto demasiado grande cuando le entra en la boca. Suelen tener muchas porque su “punto de la arcada” está a mitad de paladar (y no al final del mismo como ocurre en los adultos). Con el paso de las semanas, se irá retrasando hasta quedar atrás.


Cuando un bebé presenta una arcada, no hay que hacer nada: él o ella solita gestionará el trozo de comida escupiéndolo, masticándolo mejor o tragándolo. Algunos bebés lloran porque se ponen nerviosos y otros terminan vomitando.

Estas arcadas son buenas y necesarias porque ayuda a nuestro hijo a conocer cuánta cantidad de comida puede meterse en la boca y qué tamaño debe tener. No olvidemos que los bebés tienen en la boca multitud de receptores sensoriales, por eso todo se lo llevan a la boca y exploran así los objetos.


Atragantamientos.

Por otro lado, tenemos los famosos atragantamientos con la alimentación complementaria (obstrucción total o parcial de las vías respiratorias). En el momento en el que un niño se atraganta con la comida, pueden darse dos casos:


1.El bebé tose enérgicamente.

En este supuesto, hay que observar al pequeño, mantener la calma y animarle a que siga tosiendo con palabras de ánimo y tosiendo para que el bebé nos imite:

¡Vamos cariño, sigue tosiendo! ¡Cof, cof!”.

Mientras, vamos contando internamente hasta 10. Cuando terminemos de contar (o esperamos un tiempo prudencial), el bebé no ha expulsado el trozo de comida, procederemos a realizar la maniobra de desobstrucción.


2.El bebé tose débilmente o no tose y su coloración se vuelve morada.

Si ocurriera esto, se trataría de una obstrucción total, habría que aplicar la maniobra de Heimlich y llamar al número de urgencias 1-1-2 para avisar de la situación.

En ambas circunstancias mantener la calma es primordial para no poner más nervioso al peque, ser nosotros mismos capaces de conducir la situación y actuar rápida y eficazmente.



A modo resumen:

Las probabilidades de atragantamiento son las mismas con sólidos que con triturados.

Las arcadas son normales y forman parte del proceso de aprendizaje.

Debemos mantener la calma para no transmitir los nervios al bebé.

En un atragantamiento actuaremos según lo gestione el bebé (tal y como expliqué más arriba).

Es muy importante que los padres (o adultos responsables) realicen un curso de primeros auxilios tanto si da sólidos como triturados. Saber realizar la maniobra de Heimlich es fundamental en ambos casos.


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